Después de varios años en ambientes no controlados en la ciudad de Lima, las capas de yeso se encontraban totalmente resecas y descascarándose con el más mínimo
movimiento. Las áreas con más pérdidas eran en las patas. La silla tiene dos ruedas de madera con conectores metálicos, posiblemente de bronce o latón, según la evidencia de corrosión del metal. Se decidió no intervenir las ruedas más allá de una limpieza simple ya que podrían tener gran importancia histórico-social. No sería inusual que las ruedas se hayan colocado originalmente para el fácil transporte de las sillas durante eventos sociales de sus dueños. La silla también sufrió grandes daños a la madera durante su re-tapizado, llevado a cabo en un tapizador comercial inmediatamente antes del tratamiento. |